La sentencia apelada entiende que la prueba aportada por la actora es insuficiente para justificar la existencia de los perjuicios reclamados y desestima la pretensión de la actora. Considera que ésta tenía a su disposición medios de prueba, como los libros de comercio de la empresa, que habrían permitido conocer el efectivo perjuicio sufrido. La AP considera que el actor opta por aportar un dato estadístico, con la consiguiente fragilidad del relato probatorio.