El autor analiza la importancia que tienen los precios de consumo (el famoso IPC) en la economía y explica, en el caso español, cuando en septiembre de 2012 subió el IVA y automáticamente los precios registraron un alza equivalente pero artificial. En su opinión, la subida del IVA incrementa artificialmente la inflación pero el impulso sólo dura mientras que los precios actuales se comparan con un periodo pasado. La expectativa de precios futuros también se desploma, hasta quedar por debajo de donde estaría sin la subida del IVA. El autor indica como la previsión de inflación que proporcionaban los datos disponibles antes del anuncio de la subida es muy superior a la que existe en la actualidad, incluso con un horizonte alejado en el tiempo. La expectativa de actividad económica empeora de forma permanente, ya que la previsión de inflación también se queda por debajo de la inicial. La conclusión a la que llega es uno de los efectos perjudiciales de la deflación se puede producir como consecuencia de algunas decisiones erróneas de las autoridades, como por ejemplo por la subida del IVA.