La Gestión Integral del Riesgo (IRM) permite a las empresas explotar la gestión del riesgo y las eficiencias de la financiación corporativa a través de una mayor y mejor identificación, medida y control del riesgo. Como consecuencia de este nuevo enfoque de la gestión empresarial, muchas compañías aseguradoras y reaseguradoras comenzaron a ofrecer productos integrados de gestión del riesgo, diseñados específicamente para proporcionar soluciones de transferencia del mismo para la empresa en su totalidad. La cobertura simultánea de múltiples riesgos y la habilidad de las empresas para buscar soluciones IRM clasifica de forma clara a estas estructuras como alternativas. La mayor parte de los productos IRM que se analizan en este artículo, han resultado muy exitosos en la gestión global del coste de capital y la optimización del balance de muchas empresas; otros en cambio se crearon con importantes deficiencias, lo que provocó su posterior desmantelamiento, como los casos de Honeywell o Mobi