Exhaustiva ponencia en la que el autor pone en tela de juicio la validez del actual sistema de valoración de daños, fruto de las presiones de un grupo empresarial que veía peligrar sus beneficios. Hace una génesis por los diferentes baremos, desde el de Seaida de 1991 hasta el actual, comentando los resultados de su aplicación (para el autor injustos y plenamente favorecedores de las aseguradoras) y las diferentes modificaciones que ha sufrido. Resume ampliamente lo acontecido en una reunión de expertos europeos en la que se trató la creación de un nuevo baremo de ámbito europeo, de cuyas características da nota. Trata las claves de un nuevo sistema valorativo (no serviría una reforma del actual) circunscrito a los daños por hechos de la circulación de vehículos a motor. Termina analizando detalladamente los daños corporales, personales, extrapatrimoniales o no económicos, como el caso de muerte, la baja temporal y las secuelas o lesiones permanentes.
