Ante los temores deflacionistas por la negativa evolución de la zona euro y el mantenimiento demasiado bajo del IPC, el Banco Central Europeo (BCE) ha abierto la posibilidad de llevar a cabo nuevas acciones, según anunció a finales de agosto. Este anuncio se produce cuando ni siquiera se han implantado la totalidad de las medidas comunicadas en junio. El autor explica cuál sería la alternativa que le queda a la autoridad monetaria y sus repercusiones positivas para la economía en el caso de ser implementada.