El autor se centra en la actual coyuntura económica que se vive en Japón, en la que el nuevo gobierno ha puesto en marcha una serie de medidas para inundar el mercado de liquidez, con el fin de aumentar el dinero en circulación, depreciar el yen y provocar un aumento del consumo interno para tratar de impulsar los resultados y la competitividad de las empresas japonesas. Para trasladar esa liquidez al mercado se ha elegido un mecanismo de compra de activos, principalmente centrado en deuda pública con vencimientos a largo plazo, acciones y fondos inmobiliarios. El artículo se plantea el problema de que la necesidad de financiación de Japón es muy elevada y el aumento de las rentabilidades de bonos puede resultar perjudicial para su coste de financiación, que de seguir evolucionando en este sentido en el futuro representará un problema