El autor analiza la situación actual por la que las autoridades mundiales se han lanzado a combatir la fase actual de la crisis mediante la creación de dinero, ya que los bancos centrales de Japón, Reino Unido y Estados Unidos, compran bonos de forma masiva con cantidades monetarias recién creadas, que entran así al sistema financiero. Considera que esto puede llegar a ocasionar muchos problemas, pero quizá el más importante es la dificultad para interrumpir el proceso, porque los mercados financieros se han vuelto adictos rápidamente a esa entrada de fondos constante. Entiende que es una situación insostenible a largo plazo, pero mientras dure, la mayoría de los operadores financieros no parece ser consciente de la amenaza.