El autor analiza las medidas que, dos de las instituciones más relevantes en Europa, el BCE y la Comisión, han tomado enfocadas a dinamizar el crecimiento del continente (en primer lugar, el BCE decidió rebajar en 25 puntos básicos el tipo de referencia en la Zona Euro; por otro lado, la Comisión Europea ha procedido a relajar los plazos impuestos a los gobiernos de países como España y Francia para equilibrar sus cuentas). Cree que esas señales significan cambios de tendencia, abriéndose una oportunidad para que aquellos activos más penalizados recuperen terreno. No obstante, entiende que las próximas fechas deberán servir para confirmar si las nuevas expectativas están justificadas o si, por el contrario, se está ante una nueva salida en falso de los activos de mayor riesgo.