El problema que plantea el recurso tiene que ver exclusivamente con la aplicación del baremo incorporado a la ley 30/1995 y con la prueba de la gravedad del daño ocasionado a Doña Carolina y Don Melchor en el accidente de tráfico ocurrido el 17 de mayo de 2002. La sentencia en Primera Instancia acogió parcialmente las pretensiones de los actores, partiendo de que debía aplicarse el baremo vigente al tiempo de alcanzar la sanidad, y que no era posible valorar doblemente una misma secuela.