El 25 de abril de 1998, se produjo la rotura de la presa que contenía los desechos de la mina de pirita en Aznalcóllar (Sevilla), vertiéndose unos 4,5 Hm3 de aguas ácidas y lodos tóxicos, sobre las riberas de los ríos Agrio y Guadiamar, cubriendo una longitud de 40 Km y afectando a una superficie de 4.400 hectáreas. El impacto ambiental que tuvo la rotura de la presa alcanzó magnitudes sumamente importantes. Más de seis años después, la STS de 22 de noviembre de 2004 confirmó casi íntegramente la sanción impuesta por el Consejo de Ministros a la titular de la presa “Bolidén” así como las restantes medidas que tal sanción llevaba aparejada, sobre todo, en concepto de responsabilidad civil.