La sentencia que ahora comentamos se ocupa de un supuesto en el que la parte demanda pretende hacer la culpa de la víctima para minorar el importe de la indemnización por los daños que aquella sufrió al beber de una botella de agua mineral que había sido previamente rellenada con sosa cáustica durante las operaciones de limpieza de una discoteca. El mecanismo que posibilitaría lo pretendido por los codemandados es el derivado de la concurrencia culpable de agente y perjudicado, que se traduciría en una compensación de las conductas, atribuyéndose a cada interviniente el grado de responsabilidad que le corresponda. La sentencia, sin embargo, rechaza dar cabida a esta opción al negar que haya existido culpa, siquiera levísima, de la víctima.