La responsabilidad de los farmacéuticos y de los laboratorios farmacéuticos es un asunto de gran actualidad, por la concienciación que existe en los ciudadanos, usuarios de los medicamentos, y por la estrecha vigilancia que las administraciones públicas hacen tanto en la elaboración de los medicamentos, como relativo a la distribución de los mismos y su expedición por las oficinas de farmacia. La trascendencia de los medicamentos en los ciudadanos como instrumento para el cuidado de su salud y lo complejo de todo el mundo que rodea a los medicamentos hacen que haya una fuerte intervención administrativa desde su fabricación, autorización, distribución, ensayos clínicos y venta al paciente. En este sentido es muy significativo e importante la publicación de la Ley 29/2006 de Garantía y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, en la que se establece en su Título VIII un régimen sancionador para los laboratorios y profesionales farmacéuticos que incumplan la legislación vigente, y la legislación de las distintas Comunidades Autónomas que cuentan con amplia referencia a la ordenación Farmacéutica. Esta vigilancia y control por parte de las autoridades sanitarias estatales y autonómicas se lleva a cabo tanto con los farmacéuticos y oficinas de farmacia, como con los laboratorios farmacéuticos que los fabrican y con las empresas que los distribuyen, generándose una responsabilidad en estos que es el objeto fundamental del presente trabajo.
