Según la edición de El Economista de 15 de noviembre, Caser habría mantenido en los últimos meses diversos contactos con posibles socios financieros, sin que ninguno de ellos fructificara, debido a que ni las condiciones del negocio ni sus perspectivas convencen a los posibles inversores, que temen la llegada de Basilea III. La nueva regulación cierra para la entidad una de las principales vías de financiación, por lo que el objetivo se centraría ahora en encontrar un socio en algún otro grupo asegurador.