A partir del 1 de octubre todos los ferrys del mundo, unos 4.500, tendrán que adaptarse a una nueva ley de la Organización Marítima Internacional (OMI) de Naciones Unidas, encaminada a mejorar la seguridad de este tipo de buques. Esta nueva ley surge a raiz del accidente sufrido por el ferry "Estonia" en el Mar Báltico, en el que murieron 900 personas.