Tras un accidente de tráfico se resuelve el juicio de faltas dictando sentencia condenatoria de uno de los implicados en el suceso. El otro implicado apela la sentencia y el juez encargado del caso acude personalmente al lugar del accidente, investiga e invierte la sentencia anterior. El asegurador y el conductor condenados recurren en amparo, pero sólo es admitido el recurso del asegurador. El Tribunal Constitucional deniega el amparo por una pura cuestión formal.